Bien es cierto que fui yo quien se cenó tus pastos,
no lo es menos que lo hice sin permiso.
Y rumiando tus rastrojos,
el asombro de mis ojos
fue testigo de tu enojo.
¿Cuál ha sido mi pecado?
¿Por qué me has abandonado?
Mi pecado, ¿cuál ha sido?
Te has cagado en mi apellido, con todo lo que yo he hecho por ti.
Tú no has hecho nada, hijo de puta.
No me culpes por haber descerrajao tu ano.
¿No te jiba? ¡Haberlo protegido!
Yo empecé con tres pesetas
y una caja de galletas,
conseguí todas mis metas
y ahora viene este paleta
con su triste pataleta.
Nunca he visto tanta jeta.
Si no ganas, ponte a dieta. ¡Con todo lo que yo he hecho por ti!
Tú no has hecho nada, hijo de puta.