En a gran ziudat
Luen de as luzes
Do se i pierde en os cantons a risa
Puyan os zagals
A l'amaixer
Beyen que a bida s'eslampa luen
Sienten a piedras baxo os suyos piez
E cada maitín
Lis cal rezar
Rezar-li a un dios que no conoixen
Nunca no fazió
Cosa por ers
Suenian que suenian un esbenider
Crexen creyendo que ban á crexer
Qui lis dizirá
Qué ese pasau
Si esenos estau
millors...
Zagals de o ziel
Baixando ta asti
Á trabiés de atro diya nublo
O camín mullau
per a umedat
glarimas que nunca no ban plobar
rebellar xuto debán de a mar
Cholos, campesins
traitos aquí
Per os pais que ban dezaga d'un suenio
Nomás triballar
e amillorar
ista condena de frambre y dolor
Que chusmete a los treballadors
(RAP)
Busca paz encima de las nubes,
pero no es capaz de ver la cima mientras sube.
Aún no sabe que le espera una vida cuesta arriba.
Aún no cabe en su cabeza la injusticia ni la ira.
Pero su fe se irá apagando mientras sufre.
Reza esperando ese milagro que no surge.
Piensa por qué dios también le dio de lado,
si ya lo hizo el estado estando callado.
ONGs que defraudan más de lo que recaudan (más),
incautos aún creen que restauran.
Una de cada cien puede hacer el bien,
las demás, buen invento detrás del pastel.
Él no precisa ordenadores ni juguetes.
Lo próximo será poner ETTs.
Más que una ayuda, una conquista capitalista,
y en su país, la clase alta aparta la vista.
En zonas rurales, periferias de grandes ciudades,
chavales aprenden delincuencia antes que modales.
¿Quién le da educación? ¿Quién la comida?
La desnutrición está a la orden del día, igual que el SIDA.
A los seis años, ese niño peruano, currando en la mina,
destroza sus manos, pierde su autoestima.
A los ocho ya desprecia la vida, la droga y la esquina.
Es la gran mentira, ¡¿derechos humanos?!