Es el cerebro que se me apagó
para enfrentarse sin miedo a la vida.
Son tantas cosas que el tiempo cambio
hoy la verdad se viste de mentira.
Es la inocencia que cansó de correr,
correr a ciegas contra la desidia.
Es la locura llamando a las puertas
de este manicomio donde paso los días.
Ya no distingo lo que está bien, ya no distingo lo que está mal
he perdido los papeles, pero tengo clara mi identidad.
La oscurece ese veneno que me ayuda a respirar
el aliento del momento que respeto sin pensar.
Mañana es otro día
y no puedo esperar,
que despierte si no duermo
y me acueste sin volar.
Atado a este puto mundo
del que solo puedo escapar
con un poco de veneno
pa calmar tanta ansiedad.
Ya no distingo lo que está bien, ya no distingo lo que está mal
he perdido los papeles, pero tengo clara mi identidad.
La oscurece ese veneno que me ayuda a respirar
el aliento del momento que respeto sin pensar.