Aquello que ayer yo solía imaginar Bajo el vértigo que enciende su mirar Aquello que mi fantasía inquieta dibujó, Hoy se deshace entre el humo y el adiós Solo te pido que me dejes de pensar, Yo estoy herido por el resplandor fugaz Y es que el dolor es también un antifaz,
Nunca nos dice de la luz que está detrás Se diluye tu voz en la inmensa obscuridad Entre copas de llanto olvidaste mi amor Los espejismos del misterio y de la piel Son viejos reinos donde hay desiertos Y ángeles que mueren de sed Ángeles que mueren de sed…