Acudo a tu templo de carne como quien va a misa dispuesto a oficiar la ceremonia de la Consagración. Y me acerco a tu altar de transubstanciaciones, divino alimento humano
donde bebo tu sangre, cual vampiro, donde como tu cuerpo, cuál gusano, practicando, en un éxtasis de ángeles caídos, la comunión original.