Desciendan de la Gloria legiones de arcángeles armados de cólera divina fieramente resueltos a expulsarnos del Paraíso. Traspasen sus espadas de fuego nuestra sed de Conocimiento, fruto creado para la profanación del mandato de quien los envía. Desaten sus iras, alados ejércitos sin s**o ni cerebro, cobardes hermanos de quien osó, Luzbel, imitando al Creador, ser humano. Angelus, Angelus... Ataquen inmaculadamente atacados por la envidia de no estar hechos
a imagen y semejanza del Amo como tú, hembra dulce de víboras manzanas, como yo, tu fiel esclavo. Angelus, Angelus... Qué si por castigo, compañera de pecado, debo amarte con sangre y con dolor, hágase su Voluntad que aquí en la tierra como en el cielo, de nuevo profanaremos el arcano de nuestra culpa carnívora sacralizando la humana pasión en las cloacas más infectas del destierro Angelus, Angelus...