Desciendan de la Gloria
legiones de arcángeles armados
de cólera divina fieramente resueltos
a expulsarnos del Paraíso.
Traspasen sus espadas de fuego
nuestra sed de Conocimiento,
fruto creado para la profanación
del mandato de quien los envía.
Desaten sus iras, alados ejércitos
sin s**o ni cerebro, cobardes
hermanos de quien osó,
Luzbel,
imitando al Creador, ser
humano.
Angelus, Angelus...
Ataquen inmaculadamente atacados
por la envidia de no estar hechos
a imagen y semejanza del Amo
como tú,
hembra dulce de víboras manzanas,
como yo, tu fiel esclavo.
Angelus, Angelus...
Qué si por castigo, compañera
de pecado, debo amarte
con sangre y con dolor,
hágase su Voluntad
que aquí en la tierra como en el cielo,
de nuevo profanaremos
el arcano de nuestra culpa carnívora
sacralizando la humana pasión
en las cloacas más infectas
del destierro
Angelus, Angelus...