Como llegó,
pasó,
con la premura de quien huye
de un mal que todo lo destruye;
un implacable mal,
mucho peor que el más temible
criminal.
Y huye, huye,
del paso del tiempo el amor,
huye de ti, huye de mí,
huye el amor,
intensa flor
de un día.
Al recordar
el mar,
un espejismo de esqueletos
desvela todos sus secretos,
sólo veo volar
un batallón de buitres vigilando
el mar.
Y huye, huye,
del pájaro la libertad,
huye de ti, huye de mí,
huye el amor,
intensa flor
de un día.
Para vivir,
morir es algo más que su contrario,
es su perfecto corolario;
su dimensión fatal,
la eternidad que va acercándose al
final.
Y huye, huye,
del corazón su palpitar,
huye de ti, huye de mí,
huye el amor,
intensa flor
de un día.