Como llegó, pasó, con la premura de quien huye de un mal que todo lo destruye; un implacable mal, mucho peor que el más temible criminal. Y huye, huye, del paso del tiempo el amor, huye de ti, huye de mí, huye el amor, intensa flor de un día. Al recordar el mar, un espejismo de esqueletos desvela todos sus secretos, sólo veo volar un batallón de buitres vigilando
el mar. Y huye, huye, del pájaro la libertad, huye de ti, huye de mí, huye el amor, intensa flor de un día. Para vivir, morir es algo más que su contrario, es su perfecto corolario; su dimensión fatal, la eternidad que va acercándose al final. Y huye, huye, del corazón su palpitar, huye de ti, huye de mí, huye el amor, intensa flor de un día.