Estando ya más que dispuesto a conformarme A tantos días que no ven amanecer Me disponía a darle crédito al desarme Sabiendo que no había nada que perder Pero, de pronto, dio lugar lo inesperado Un dulce asalto secuestró mi rendición Apareciste como un potro desbocado Y me pusiste a galopar el corazón Te puedo decir Mi amor cenicida Que gracias a ti Empiezo a sentir Muy dentro de mí Señales de vida A punto de habitar en este cementerio
De fuegos fatuos que jamás tuvieron luz Me liberaste de ese eterno cautiverio Donde mi nombre era un crespón bajo una cruz Y así me arrebataste de mi biografía Que ya empezaba a no creer en el azar Para matar al muerto que me convivía Y despertar al niño que miraba el mar Te puedo decir Mi amor cenicida Que gracias a ti Empiezo a sentir Muy dentro de mí Señales de vida