Cuando te pienso desnuda, en tu animal insolencia, hembra mía, hembra mía, tu carne de tibia cera me flagela con espinas, hembra mía. Cuando te pienso desnuda, tan plácidamente ajena, hembra mía, hembra mía, cómo explicarte la lenta soledad de mi agonía, hembra mía. Cuando te pienso desnuda,
ahora que ya no me esperas, hembra mía, hembra mía, duelen tanto los planetas de esa noche que respiras, hembra mía. Cuando te pienso desnuda en otro abrazo, perversa, hembra mía, hembra mía, qué sabrán las sordas piedras que se ríen y me miran, hembra mía.