Te has ido y al partir me has demostrado que el presente es lo vivido, que el mañana es un espejo donde sólo observa un viejo conocido. Mira tú por donde, veo que se esconde la verdad bajo la lluvia homicida con la que regaste mi vida, bajo esa tempestad de tu ruido, de tu ruido. Te has ido y sin ti lo inexplicable pierde todo su sentido, vida y muerte era ese juego que fundía sangre y fuego en un latido como exactas piezas
de un rompecabezas inmortal, bajo la lluvia homicida con la que regaste mí vida, bajo ese vendaval de tu ruido, de tu ruido. Te has ido y el vacío que me dejas llena todo lo que ha sido, como cabe en un segundo todo la que fuera un mundo compartido de día y de noche en aquel derroche de ansiedad, bajo la lluvia homicida con la que regaste mi vida, bajo esa tempestad de tu ruido, de tu ruido...