A riesgo de que digan que estoy loco
por no buscar el oro en lo que toco,
no pienso rebelarme contra mi enajenación.
Cansado de vivir sin salvavidas,
sé bien que no es la mano del Rey Midas
la que vendrá a salvar mi naufragado corazón.
Y no me romperán los huesos ni quemarán mis alas,
les basta y sobra con dar besos,
besos como balas...
Me advierten "mira, no juegues con fuego,
respeta al menos las reglas del juego
o hazte a la idea de tener a mano un extintor".
Declaro que me bato en retirada,
no sé jugar con las cartas marcadas,
será que nunca tuve vocación de ganador
Me recomiendan que no escupa al cielo
si mi propósito es pisar el suelo
y no cruzar una tormenta en vuelo sin motor.
Aunque me expulsen de sus paraísos
no pienso doblegarme a sus avisos
y menos si quien viene a darme aviso es un traidor