Me sucede alguna noche,
cuando me hundo en el estrés,
que persigo a un gato pardo
y lo atrapo por los pies...
Y le cuento cada pata,
al derecho y al revés
y por más que los recuente
no me suman más que tres...
Y es como es,
ni sí ni no,
ni tú ni yo, ni mi yo,
ni dos sin tres,
ni lucha ni armonía
de contrarios
sinó
todo lo contrario,
todo lo contrario,
todo lo contrario,
como ves.
Me sucede con frecuencia,
nueve veces sobre diez,
que me parto en tres mitades,
al instante y de una vez...
Una juega a ser la Parte
y otra juega a ser el Juez
y aún hay otra parte entera
que no juega al ajedrez...
Me sucede casi siempre,
cuando se apaga la luz,
que me asalta la gran duda,
¿voy a cara o voy a cruz?
Y en lugar de hacerme el ciego
o emular al avestruz,
me dispongo a ser el ojo
que encendió el Perro Andaluz