Espérate un segundo, espera un poco, a ver si lo que escucho es lo que oigo, tal vez esté soñando que estoy loco, la cosa es que no salgo de mi asombro, me siento incapaz... Me dices que no es demasiado tarde, que todo el mundo puede equivocarse, que aquella decisión fue un disparate, que tú también supiste perdonarme, que tenga piedad... Si ves que se me escapa una sonrisa, espero que me encajes la ironía... ha sido tal la sarta de mentiras que incluso alguna de ellas se te olvida, de tantas que van, de tantas que van... La vida, al pasar,
las vueltas que da la vida, al pasar... No cambias, te mantienes en tus trece, pidiéndome que olvide de repente, te crees que sigo siendo aquel pelele que nunca se negaba a obedecerte por no hacerte mal. Me temo que si no me dieras pena, tendría alguna lágrima dispuesta. Lo siento, pero no es que me contenga, es simplemente que la indiferencia no sabe llorar... Te juro que si no fuera tan triste, sería imperdonable no reírse, pensar que no recuerdo si te quise es prueba de que ya es casi imposible... cualquier vuelta atrás...