Caía una noche de Mayo
Sobre el Lykavittos
Cenábamos en tu terraza
Con todos los Mitos...
Y arriba, la voz de Vasilis
Desde la azotea
Hablaba, tras largos ronquidos
Con Zeus y Atenea
Y abajo, saciando con ouzo
La sed de Dionisos
Llorábamos por las elipsis
De la Historia en los frisos
Con lágrimas de ira callada
Frente a la impostura
De quienes hicieron del robo
Su genio y figura...
Y Atenas en llamas, y Atenas en llamas...
Contra un Occidente narciso e insolente
Rompiéndose a trizas...
Atenas ardiente
A veces sueña que va a renacer
De sus cenizas
Y, hablando, nos dio como un rapto
Por la antigua Europa
Que ya no va a lomos del Toro
Sino de la tropa
Que marcha pisando las ruinas
De la inteligencia
Del mármol que está a la intemperie
De la decadencia
Y en sueños, al cielo nos fuimos
Como Prometeo
En busca del Fuego Sagrado
Del Caos y el cabreo...
Y así, una Pequeña Columna
De locos y artistas
Se alzaron con fuego en tu Barrio
De los Anarquistas
Y Atenas en llamas, y Atenas en llamas...