Comienza el juego ya
en el viejo salón
su señoría atenta
observa desde el visor
negras y blancas hay
como en el ajedrez
solo que la vida
en juego está esta vez.
No hay límite de tiempo
pero hay determinación
libertad para mover las piezas
pero sin esperanza que haya un ganador.
Porque este juego es
lo que siempre fueuna bota pateando
el tablero de ajedrez.
Las blancas siempre dan
el jaque mate ganador
porque siempre las elige el mejor jugador
pero nada impide
al de las negras ser el triunfador
siempre es lo mismo
¿Para cuando una nueva opción?
Mejor sería estar más allá del bien
más allá del mal, más allá.