Perdónalos, no saben lo que hacen Pero tienen los dientes muy sanos De herramientas sus cabezas y sus manos Y un hatillo de equipaje Apriétalos, cuidado no se ahoguen, Que se "eslomen" sólo por dinero, Pero verás tú que raudo amanece Y se mezclan las horas con las olas del mar. Se alimentan con ídolos de barro Y caminan sólo por inercia Arrastrando como lastre la paciencia Y su ropa de diario ¿Dónde está escondido el paraíso?
Han perdido la fe en los sorteos Pero verás tú que raudo amanece Y se mezclan las horas con las olas del mar. Amasando paisaje y paisanaje Forjan pasados y se multiplican, Mientras espejos paralelos les critican Sus pecados capitales. No hay quién conozca el camino inescrutable, La cara afable de la existencia Pero verás tú que raudo amanece Y se mezclan las horas con las olas del mar.