De modo que esto iba por mí,
espléndidos caminos,
telarañas misteriosas,
brillos asesinos.
Me niego a seguir
vestido de amarillo,
del color de las baldosas
que hay en el camino.
Deberes por igual que privilegios,
como si no fuera lo mismo.
Cediendo bajo la presión,
perdiendo el contacto,
escondido entre las sombras,
contemplando el cuadro.
Maldita condición,
me tiene arrinconado,
una mala educación
es lo que me han dado.
Deberes por igual que privilegios, lo mismo pero más abstracto.
Si quieres de un amigo un buen consejo,
mejor que te quedes a un lado.