Muy dentro del bosque, sobre un manto de humedad;
Sentados muy juntos te contemplo, te oigo hablar
Mientras, me has pintado la noche de carmín
Me señalas el cielo que se abre para ti
De repente miro y tiemblo porque ya no estás
Entre nubarrones el viento te llevará
Por el cielo cruzan brujas del alba
Me siento estremecer, tu mirada es azabache
Escapaste entre alientos de fuelle y hoguera ululante;
Te vas ¿qué será de mí?
Sopor, duerme vela, incertidumbre ¿donde estás?
Espero señales, saber que regresarás
Con las puntas de tus dedos rózame;
Noto tu presencia, Dios del cielo, ahí estás
Tendido en el suelo me miro en tus ojos
Bruja volandera de entrevientos y cerrojos;
De tormenta y viento tú me sobrevuelas
Y por un instante tu mirada es negra
Albas de zozobra y desapego terrenal
Encuentros de cielo que me aturden, déjame escapar
Entre lanzamientos de acoso a mi debilidad
Mi remolino de estrellas, quiero estar donde tú estés
Noto que se abate ese espíritu que fui
Noto que se abate ese espíritu que fui