La aurora de nueva york tiene
Cuatro columnas de cieno
Y un huracÁn de negras palomas
Que chapotean las aguas podridas.
La aurora de nueva york gime
Por las inmensas escaleras
Buscando entre las aristas
Nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
Porque allÍ no hay maÑana ni esperanza posible:
A veces las monedas en enjambres furiosos
Taladran y devoran abandonados niÑos.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
Que no habrÁ paraÍsos ni amores deshojados;
Saben que van al cieno de nÚmeros y leyes,
A los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
En impÚdico reto de ciencia sin raÍces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
Como recien salidas de un naufragio de sangre.