La vida que yo veo anhela los extremos confines, el Desierto, la Selva, y nada ms. Veo que Setiembre, el de los Rojos Helechales, deplora su materia; que hubiera preferido ser slo Nieve, Inmensidad y Lobos Veo que el Sol suea con la pura luz
y que la Noche aora los tiempos primordiales, cuando todo era noche. Miro tambin a mi corazn, y descubro que sus deseos se resumen, desgraciadamente, en dos palabras: la palabra Siempre, la palabra Nunca.