Manejando su aeroplano confiado y con mucha calma, buscando una casa nueva anda un piojo color malva. En el vaivén de su nave vuela, descansa y regresa, nadie quiere un visitante semejante en su cabeza. Pícaro, pícaro, pica el piojo ojo, ojo, ojo con él. Al piojo hay que castigarlo,
no sientas ninguna pena, quién lo manda a estar metido en las cabezas ajenas. Que llore y que patalee eso yo no lo lamento, ay, mucho mejor sería que se lo llevara el viento. Pícaro, pícaro, pica el piojo ojo, ojo, ojo con él., pícaro, pícaro, pica el piojo ojo si quieres librarte de él.