En el jardín de mi escuela siempre amanece una flor bordada con el rocío que la noche le dejó. Cuando me siento en el aula para estudiar con amor ella guarda sus secretos en los bolsillos del sol.
Y cuando vuelvo a mi casa quisiera llevarme su olor pero no debo arrancarla porque le causo dolor. Y si mañana regreso y ella no está en el jardín yo sé que se está peinando para volver a salir.