Si pudiera ser
esa ola prisionera de la espuma,
salpicar de sal tu humedad, tu pensamiento, tu ternura.
Pobre de mí
que no soy el mar que buscas tantas veces,
quién pudiera ser
la naturaleza que te moja y te estremece.
Si pudiera ser
esa música que alienta tu osadía,
pájaro cantor que susurre la nostalgia de estos días.
Pobre de mí
que no soy la melodía de las aves,
quién pudiera ser
la naturaleza que te arrulla y que te invade.
Si pudiera ser
luna llena para el cielo de tu risa,
si pudiera el sol para iluminarte el peso de la prisa.
Pobre de mí
que no soy ni sol ni luna en tu universo,
quién pudiera ser
la naturaleza que te aguarda en cada verso.
Pobre de mí
que no soy ni luz, ni mar, ni melodía
quién pudiera ser la naturaleza toda tuya en este día