El rey enamorado. (Versión teatral, Noviembre de 1980 – Les Luthiers hacen muchas gracias de nada. Narrador: Marcos Mundstock; Rey: Ernesto Acher; Juglar: Jorge Maronna). Narrador: A continuación, un fragmento del drama "Enrique VI" de William Shakehands. Del drama "Enrique VI" la escena séptima del cuadro tercero del acto primero. El Rey Enrique VI ha rezado la novena en su cuarto y después de unos segundos atraviesa la quinta. Rey: Ven juglar, acerquémonos al balcón de María para darle una serenata. María, María, mírala... que bella... que "bella plebella". ¿Debo abdicar al trono por amor a ella? ¿Vale acaso mas una fría corona que un solo reflejo de sol en los dorados cabellos de María Blessing? (El juglar hace gestos de "mas o menos"). Rey: ¡Oh dolientes espíritus!, ¡Oh sempiternos gemidos! Acudid en mi ayuda, decidme qué debo hacer en este momento aciago... así hago algo. María, María, la corona, ¡la corona! Pero, ¿qué importa una corona, si el resto de la dentadura esta sana? El trono, la gloria vana, el oro pelvacuo. Mira juglar, mira la estatua que me inmortaliza sobre brioso corcel. Yo en mi vanidad, ordene que gastaran los dineros del reino en una estatua ecuestre... "cuestre" lo que "cuestre". Mira, mira las figuras: el Rey, el Caballo, solo falta el alfil. ¡El poder, la prisión, el trono! ¿El trono o María? Al fin y al cabo, el Trono lo quiero para posarme sobre el, y satisfacer mis deseos, los mas sublimes y los mas perversos, en cambio a María la quiero para.... caramba, ¡qué coincidencia! Ven juglar, ven, acércate, mira, quisiera cantarle a María, pero el destino me ha castigado con dura mano en mi inspiración musical. Ponle música a mis encendidos versos a María. Rey: Por ser fuente de dulzura. Juglar: Por ser fuente de dulzura.
Rey: Por ser de rosas un ramo. Juglar: Por ser de rosas un ramo. Rey: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo. Juglar: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo. (Breves palabras del Rey al juglar, en voz baja). Juglar: Oh María, él la ama. Rey: Ámame como yo te amo a ti. Juglar: Ámelo como él la ama a Usted. Rey: Y los demás envidiaran nuestro amor. Juglar: Mmm... todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes. Rey: Oh mi amor, María mía. Juglar: Oh su amor, María suya. Rey: Mí brillante, mí rubí. Juglar: Su brillante surubí. Rey: Mí canción, mí poesía, nunca te olvides de mí. Juglar: Su canción, su poesía, nunca se olvide de su. Rey: Tú estas encima de todas las cosas, mí vida. Juglar: Usted esta encima de todas las cosas subida. Rey: Eres mí sana alegría. Juglar: Usted es Susana, eh, María, alegría. Rey: Mí amor. Juglar: Su amor. Rey: Mí tesoro. Juglar: Su tesoro. Rey: Mímame. Juglar: Súmame... Súmelo. Rey: Tanto tú que me metes en lo más hondo de mí... Juglar: Tanto Usted... Rey: Que ya no sé si soy de mí o si soy de ti... Juglar: Tanto Usted... Rey: Si tú me amaras a mí amarías en mí aquello que amamos... nosotros y envidiáis vosotros y ellos... Juglar: .... ¡Ámelo! Rey: Cuando miras con desdén. Juglar: Cuando mira con desdén. Rey: Pareces fría, sujeta. Juglar: Parece fría, su... su cara. Rey: Por ser tan grandes tus dones, no caben en mí, mi bien. Juglar: Por ser tan grandes sus dones, no caben en su sostén. Rey: ¡No! ¡No! Juglar: ¡No! ¡No! Rey: Tunante. Juglar: Sunante. Rey: Miserable. Juglar: Suserable. Rey: ¡Guardias, a mí! Juglar: ¡Guardias, a él! (Los guardias se llevan al Rey entre medio de sus protestas)