Hay un escorpión de caras como rejas en aguas venenosas. Hay que naufragar de tu viaje asesino de tu pezuña de vidrio. No me sigues garra vieja red abierta sumergida. Yo soy el águila, un rostro sin finales, un caballo en el agua. Se podrirá la sed y los huesos calientes amarán el frío