Estás operando mal y todo el mundo lo nota, tu pulso está al tiempo lento de un cuentagotas. Estás apelando mal, seguís sumando falacias y a tu cliente le facilitás la desgracia. Unas cuantas leyes de Murphy te siguen por doquier y ahora soñás con brujerías, gatos negros que te quieren morder. Son los oportunistas de la desesperanza mientras más le das menos les alcanza. Juegan con un fuego que a ellos no les quema y de repente tu entusiasmo tiene precio. Estás afinando mal,
no aguanta más la garganta, te finge la laringe y no sale bien el sostén. Sos el mejor arquitecto con un grandísimo disco duro, no sale un puto laburo pues nadie es perfecto. Vas por la vida con vasos de agua, incienso salvador, controla tu vida una bola de cristal, pero igual te hace sentir mejor. Son los oportunistas... Adornan tu suerte con velas, tu naipe va a ganar, pero esa carta ya está marcada bien de entrada cuando te ven gagá. Porque son los oportunistas...