Esta historia que pudo ser verdá
parece mentira, la vamos a contar.
En la Rusia del bienamado Zar ¡¡El Zar!!
vivía un aldeano llamado Iván.
Trabajando la tierra sin parar
pasando mucha hambre, sin tiempo pa pensar.
Siembra y siembra y siembra que te siembra
y el conde Gorronovicht se queda la cosecha ¡Olé!
El Curilla pide resignación
se invita a su casa y se come lo mejor.
Allí estaba Iván.
Un buen día que estaba con la azada
vinieron unos hombres... le dijeron "Kamhrada"
Ya no hay amos a quien obedecer,
eres un hombre libre, tenemos el poder!
Piensa y piensa y piensa que te piensa Iván,
que poco a poco va haciéndose a la idea...
La nobleza ha sido derrocada
ya no habrá pamplinas
viviendo por la cara...
Allá estaba Iván.
Dando saltos a la pata coja
la hoz y el martillico en la bandera roja
con empeño y un poco de atención
menudas volteretas que da la situación.