En la vieja calle,
donde yo vivo.
Hay un perro amigo
que me es muy fiel.
Al oir mis pasos
ladra contento.
Sale a mi encuentro
y juego con él.
Tomo una piedra,
la lanzo lejos.
Y como una flecha
detrás se va.
Luego regresa,
raudo contento.
Deja la piedra
y me pide más.
Nadie en el barrio
sabe su nombre.
Siempre responde
al oir silbar.
No tiene casa,
no tiene dueño.
Duerme su sueño
en cualquier lugar.
(Coro)
Cuando despierto
por la mañana
tras de mi puerta
ladrando está.
Salgo a la calle,
viene a mi encuentro.
Juego un momento
y después se va.
Salta mi perro,
salta mi perro.
Salta mi amigo.
Salta mi perro,
salta mi perro.
Salta mi amigo.
La, la, la, la...