Ni yo debo, ni tú puedes, te suspiro por última vez. Pero son dos labios tan corteses, que caen como la nieve, encima de mi piel. Coro: Solos tú y yo, descubriéndonos, despeinando a besos tanto amor sobrenatural, manto sideral sobre los dos. Una epifanía de amor sin confesión. Con tus dedos en mi espalda me dibujas para adivinar.
Y al seguir tus manos insolentes que el cuerpo se estremece y dejo de pensar. Coro: Solos tú y yo, descubriéndonos. despeinando a besos tanto amor sobrenatural, manto sideral sobre los dos. Una epifanía de amor sin confesión. Es electricidad ultra pasional, sin condición. Con este epitafio, se va nuestra amistad.