Ahí estás, mirándote en el espejo de esa habitación de hotel juzgándote por lo que sos. En tus ojos hay dolor; la sangre hierve dentro de tu corazón. No puedes más! Tienes que escapar. Estás cansado de sufrir. Estás cansado de vivir. En tu mente recordás las cosas que ya no querés ver nunca más, pero ahí están, acosándote. El dolor y el horror se posan sobre tu hombro como un predador.
Socorro! Dios, por favor. Buscas una solución. Tu puño se arma de valor. ¡Disparo! Certero al Corazón. ¡Disparo! Certero al Corazón. Mala fue tu decisión. Ésa no es la solución. ¡Cobarde! Ahora estás en el infierno por no tener el valor de seguir viviendo. ¡Disparo! Certero al Corazón. ¡Disparo! Certero al Corazón. ¡Disparo! Certero al Corazón. ¡Disparo! Certero al Corazón.