Caminamos por el viejo malecón
entre barcos oxidados por la sal.
Todo el tiempo ibas diciendo
que el país no tiene solución.
Y al contemplar tus ojos
viendo hacia mí, yo sentí
que en realidad tus ojos
son mi país.
Inmensidad oscura
sobre un abismo de luz;
premonición que busca
la plenitud.
Y pasamos frente al puesto militar
bajo un cielo de inquietante resplandor.
No dejabas de decir
que el país camina para atrás.
Y al contemplar tus ojos
viendo hacia mí, yo sentí
que en realidad tus ojos
son mi país.
Inmensidad oscura
sobre un abismo de luz;
premonición que busca
la plenitud.