Caminamos por el viejo malecón entre barcos oxidados por la sal. Todo el tiempo ibas diciendo que el país no tiene solución. Y al contemplar tus ojos viendo hacia mí, yo sentí que en realidad tus ojos son mi país. Inmensidad oscura sobre un abismo de luz; premonición que busca la plenitud.
Y pasamos frente al puesto militar bajo un cielo de inquietante resplandor. No dejabas de decir que el país camina para atrás. Y al contemplar tus ojos viendo hacia mí, yo sentí que en realidad tus ojos son mi país. Inmensidad oscura sobre un abismo de luz; premonición que busca la plenitud.