Recuérdame
cuando duermes y adivino lo que sueñas,
cuando, lejos de nuestra cama,
sea en mí en quien piensas.
Recuérdame.
Recuérdame
cuando parta y no regrese a nuestra casa,
cuando el frío y la tristeza
se funden y te abrazan.
Recuérdame.
Recuérdame
cuando mires a los ojos del pasado,
cuando ya no amanezca en tus brazos
y que seas invisible para mí, para mí.
Recuérdame amándote,
mirándote a los ojos,
atándome a tu vida.
Recuérdame amándote,
esperándote tranquila,
sin rencor y sin medida.
Recuérdame, recuérdame
que mi alma fue tatuada en tu piel.
Recuérdame
cuando sientas que tu alma está inquieta,
si el deseo y tu amor no me calientan.
Recuérdame.
Recuérdame
cuando mires a los ojos del pasado,
cuando ya no amanezca en tus brazos
y que seas invisible para mí, para mí.
Recuérdame amándote,
mirándote a los ojos,
atándome a tu vida.
Recuérdame amándote,
esperándote tranquila,
sin rencor y sin medida.
Recuérdame, recuérdame
que mi alma fue tatuada en tu piel.
Recuérdame amándote,
mirándote a los ojos,
atándome a tu vida.
Recuérdame, recuérdame
que mi alma fue tatuada en tu piel.