Recuérdame cuando duermes y adivino lo que sueñas, cuando, lejos de nuestra cama, sea en mí en quien piensas. Recuérdame. Recuérdame cuando parta y no regrese a nuestra casa, cuando el frío y la tristeza se funden y te abrazan. Recuérdame. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos y que seas invisible para mí, para mí. Recuérdame amándote, mirándote a los ojos, atándome a tu vida. Recuérdame amándote, esperándote tranquila, sin rencor y sin medida. Recuérdame, recuérdame que mi alma fue tatuada en tu piel.
Recuérdame cuando sientas que tu alma está inquieta, si el deseo y tu amor no me calientan. Recuérdame. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos y que seas invisible para mí, para mí. Recuérdame amándote, mirándote a los ojos, atándome a tu vida. Recuérdame amándote, esperándote tranquila, sin rencor y sin medida. Recuérdame, recuérdame que mi alma fue tatuada en tu piel. Recuérdame amándote, mirándote a los ojos, atándome a tu vida. Recuérdame, recuérdame que mi alma fue tatuada en tu piel.