Vengo del quejío y del estruendo, de Montoyas y Tarantos. Vengo de un entierro por la tarde, de los duelos que vendrán. Vengo del Enrique y del Roberto, de las canas del Mercado. Vengo repleto de soledad. Vengo de la Antonia y la Paquera, vengo del de San Fernando. Vengo del que más grande la tenga más puñao se llevará. Vengo de joder preguntadores: una en punto, dos colgando. Vengo repleto de soledad. Vengo huyendo de los que enterraron el Romance del Amargo, vengo a que me dé el viento del pueblo
que Miguel supo soplar, vengo de subir con la marea a encallar entre tus brazos: vengo repleto de soledad. Vengo de regar con sol y sombre las raíces de mi andamio. Vengo a que me violen las gaviotas, a pincharme en un rosal. Vengo de la cepa del Emilio, de cartón de contrabando. Vengo repleto de soledad. Vengo a ver cómo arde mi castillo de colillas de Ducados. Vengo de la pala y el capazo, del sudor del olivar. Vengo de ese cielo que los míos se comieron a pedazos. Vengo repleto de soledad.