Soy el gallo que no avisa el clarear, soy el hueco en el redil El que se lava la cara para ti con vinagre y agua negra Soy la soga que no aguanta tu mirar, que sujeta el jabalí El sembrao donde no hay sitio para mí, en el que caga la niebla Soy el cántaro en pedazos y otra vez a la fuente hasta morir El enterrador que intenta resconder las tijeras entre piedras Soy esqueje de la acera y poco más, la mordaza del atril Cremallera por donde quieren mirar las agujas que no enhebran Y un revuelo de plumas tira que me he ido Vaya usted a saber, pregúntale al barro Al carro de versos paridos A los ceniceros, a mis dedos tan desvalidos
Al ala de cada sombrero, a su vuelo pregúntale Te dirán que mis palabras son el lecho de un loco Un arañazo en la cara, una piedra, un esconder Una calada a tus ojos, el eco de la tos de los despojos Astillas entre las uñas, en el cuello un cascabel Te hablaran de los maullidos, que afile los espolones Que de sueños derruidos deje llenos los cajones Te dirán que nunca he sido, te dirán que puede ser Y un revuelo de plumas tira que me he ido Vaya usted a saber, pregúntale al barro Al carro de versos paridos A los ceniceros, a mis dedos tan desvalidos Al ala de cada sombrero, a su sombra pregúntale