Hay que prevenir una guerra Al parecer no pueden mantenerse en paz los habitantes de la tierra Las aves cantan sus augurios observándonos soberbios Desde los turbios cielos del suburbio Escribo desde el epicentro de los tiempos Presiento el quejido de los vientos De los vivos y los muertos, voy donde la razón me guíe Casi siempre cerca del corazón del que me pide no confíe Son líquidos, carnes y huesos, pero el ser humano es mucho más que eso Les confieso, estoy dando la mano que nunca le ofrecieron al caído Búsquenme en las esperanzas de los oprimidos Estoy en la risa y en los llantos, no espanto Solo soy la mala hierba que nació en el campo santo
Vengo del infierno y les advierto que la guerra es peor No hay penumbra similar ni fuego como aquel calor Crujen los hielos, se mueven los subsuelos Y el astro gira raudo por el cielo como turpial mensajero Se escribe nuestra historia en una piedra del Olimpo Hablan de nuestra lucha entre el alma y los instintos El futuro envía telegramas, telépatas descifran enigmas con epigramas El rezo de los viejos fue captado allá a lo lejos La risa de los niños fue la respuesta del consejo No puedes contar conmigo para ir a asesinar a un amigo Ni a un enemigo, porque yo no quiero ser asesino El caminante hace el camino