Podrán pasar los años
y olvidar los campos donde ayer jugué.
Podré olvidar mis versos
que en aquel colegio escribí ayer.
Podré olvidar
el día de la fiesta en mi lugar,
aquella sensación de libertad,
la tarde de un domingo.
Pero jamás yo podré olvidar
aquel amor primero,
que fue sincero, que fue verdad.
Pero jamás yo podré olvidar
aquel amor primero,
que fue sincero, que fue verdad.
Podrá quedar muy lejos
ese pueblo viejo que dormía al sol.
Podré olvidar el tiempo
que burlando al viento me sentí mayor.
Podré olvidar
las horas de la siesta en el desván,
mi caja de pinturas
y mi afán de ser poeta un día.
Pero jamás yo podré olvidar
aquel amor primero,
que fue sincero, que fue verdad.
Pero jamás yo podré olvidar
aquel amor primero,
que fue sincero, que fue verdad.
Podré olvidar mi sombra
que de vez en cuando me enseñó a jugar.
Podré olvidar mi nombre
que a pesar de pobre me gustó llevar.
Podré olvidar
la caricia del viento que al pasar
dejaba cada tarde en mi portal
las hojas en otoño.
Pero jamás yo podré olvidar
aquel amor primero,
que fue sincero, que fue verdad.
Pero jamás yo podré olvidar
aquel amor primero,
que fue sincero, que fue verdad.
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