Se cansó de esperarlo y se durmió al filo de las tres. Tenía frente a ella aquel sillón vacío, era probablemente la primera vez. Se fue apagando el fuego en un silencio blanco. El sol besó su frente y despertó. ¿Quién le habría robado su corazón? ¿Quién le habría mimado? ¿Dónde habría pasado la noche? ¿Quién le habría besado? ¿Quién le habrá preparado hoy el café? ¿Quién le habrá despertado? ¿Quien habrá acariciado su espalda? ¿Quién le habrá amado? La mañana empezó y en reloj eran casi las diez. Ella escuchó sus pasos subiendo la escalera
y se vistió de orgullo para no llorar. El se quedó en silencio y la miró a los ojos, acarició sus manos, la conquistó. ¿Quién le habría robado su corazón? ¿Quién le habría mimado? ¿Dónde habría pasado la noche? ¿Quién le habría besado? ¿Quién le habrá preparado hoy el café? ¿Quién le habrá despertado? ¿Quien habrá acariciado su espalda? ¿Quién le habrá amado? ¿Quién le habrá preparado hoy el café? ¿Quién le habrá despertado? ¿Quien habrá acariciado su espalda? ¿Quién le habrá amado?