La, la... De pequeña fue a la escuela como tantas otras Dibujaba en su cuaderno lo que en su niñez soñaba, una casa con jardín, un príncipe azul y en su cuento de hadas, una princesa y un rey, y un amanecer y un amanecer La, la... Y entre cuento y cuento iba perdiendo su infancia y la piel de sus mejillas se volvió gitana y dejó de ir a la escuela y aprendió a cantar la nana duérmete mi rey que aún no llegó la luz hasta la ventana duermete mi rey que aún no llegó la luz. no llegó la luz. Y entre nana y nana llora y llora y su media cama duerme sola. Contempla un retrato cada media hora y al gitano aquél
le grita: ¿Por qué me dejaste sola? duérmete mi rey, duérmete mi rey, duérmete mi rey. La, la... Con el sol de la mañana su verdad despierta y abrazando aquel retrato va de puerta en puerta. Va buscando a su gitano que hoy abandono su reja, su cama y su despertar, su casa de cal y su puerta vieja, su rincón junto al hogar, su candil brillar su candil brillar. Y entre nana y nana llora y llora y su media cama duerme sola. Contempla el retrato cada media hora y al gitano aquél le grita: ¿Por qué me dejaste sola? duérmete mi rey, duérmete mi rey, duérmete mi rey. La, la...