Era blanca la casa y azul el cielo era blanca la aldea de arena y cal era negro y profundo el Mediterráneo cuando aquel marinero se hizo a la mar. Dicen en el pueblo que soñaba con sirenas que lo enamoraban cuando había luna llena que bajaba hasta la playa como un novio enamorado y buscaba entre la arena caracolas y cantaba una canción desesperada esperando la llegada de su amor. Dicen que era fuerte como el mástil de un velero, su sonrisa blanca y su pelo negro, negro, que jugaba con los niños al "pillao" y al escondite y vagaba como un lobo por el puerto y cantaba una canción desesperada esperando la llegada de su amor. Se ha quedado en silencio la casa blanca, lo recuerdan sentado mirando al mar esperando una noche de luna llena
preparando su barca para zarpar. Dicen que le vieron caminando por la arena que se fue desnudo persiguiendo a su sirena que llevaba entre las manos caracolas y corales y en su pecho un corazón enamorado que zarpó para buscarla entre las olas y a la casa blanca nunca regresó. Dicen que era fuerte como el mástil de un velero, su sonrisa blanca y su pelo negro, negro, que jugaba con los niños al "pillao" y al escondite y vagaba como un lobo por el puerto y cantaba una canción desesperada esperando la llegada de su amor. Dicen en el pueblo que soñaba con sirenas que lo enamoraban cuando había luna llena que bajaba hasta la playa como un novio enamorado y buscaba entre la arena caracolas.