Tenía una ventana al cielo por donde entraba el sol y alguna golondrina buscando donde hacer su nido. Sobre la mesa tabaco y soledad y entre sus manos barro y corazón, en el tejado viento y sobre el plinto leña. Sus manos se deslizan por la arcilla modelándola y sintiendo su humedad. Cada pliegue de su cuerpo debe ser como él la quiso imaginar, su sonrisa leve, su mirada de profunda soledad. Tendrá los brazos de una bailarina y su cuerpo tan desnudo como el mar. Se sonríe cuando piensa. Si pudiera oírla un día suspirar y decir mi nombre la podría poco a poco enamorar. Cantó la lluvia en la ventana cuando se despertó, el viento del invierno buscaba donde hacer su nido.
Sobre la mesa un poco de café y en su mirada frío y soledad en el tejado nieve y sobre el plinto leña. Desnuda como el tallo de una rosa con sus brazos extendidos hacia él. En su boca una sonrisa esperando su caricia un día más y en sus ojos tristes un silencio tan profundo como el mar. Se amaron por primera vez y luego se abrazaron y lloraron sin hablar. Se juraron para siempre un amor que nunca nadie entenderá. Descubrió la noche con su manto de profunda oscuridad. Sus manos se deslizan por la arcilla modelándola y sintiendo su humedad. Cada pliegue de su cuerpo debe ser como él la quiso imaginar, su sonrisa leve, su mirada de profunda soledad.