El topo dijo: ¡qué caray Siempre viviendo bajo tierra Sin darme una vuelta por ahí, Ni que estuvieramos en guerra! La vida pasa sin color Por este oscuro laberinto, Voy a salir al exterior A ver si veo algo distinto. Así, este topo que jamás Vio más allá de sus narices, Que conoció todo lo más Una patata y tres lombrices, Diciendo "chao, hay que vivir" A su mundillo subterráneo Salió dispuesto a descubrir De nuevo el mar Mediterráneo. Acababa de anochecer
Cuando emergió de su recinto Y había que reconocer Que aquello no era muy distinto. Y, sin embargo, al animal Le pareció tan deslumbrante Que le irritaba el lagrimal La luna en su cuarto menguante. "Yo nunca he visto ni un farol, Yo siempre he estado en la penumbra, Ahora que veo este gran sol La vista no se me acostumbra", El topo dijo. Y se volvió Corriendo para su topera De donde nunca mas salió. ¡Ay, qué vida tan puñetera!