Lo más pequeño es un misterio y lo sagrado tan sencillo. El llanto de los nopales junto al húsar de la muerte. Cuando el coyote llamó a tu puerta aulló notas malvenidas las sombras arrevatadas para al sueño de los justos. No se puede encerrar el sol bajo una campana. No se puede aplazar la hora señalada. Puede ser uno de esos diás tu última batalla o que las larvas nos hagamos adultas y no entremos por la cerradura. El corazón pasando un túnel oscuro como un naufragio
morir todavia y no después buscando sin remedio. No se puede encerrar el sol bajo una campana. No se puede aplazar la hora señalada. El laberinto del sueño donde se pierden los demonios de la memoria. No se puede encerrar el sol bajo una campana. No se puede aplazar la hora señalada. El laberinto del sueño donde se pierden los demonios de la memoria. El laberinto del sueño donde se pierden los demonios de la memoria.