A donde quiera que vayas, te seguiré.
Oh, sí, mírate bien, mira tus adentros, no hace falta seguir
imaginándolo de que Él está fuera de tu vida,
fuera de la ciudad.
Él está dentro de ti, no lo busques fuera
que Dios te busca a ti. Te seguiré.
Hoy el mundo distrae con mensajes absurdos, matándote.
Nos mantiene entre rejas, nos infunde las fuerzas, matándonos.
Basta ya de egoísmo, ya está bien de cinismo, que no es por ti,
hacen falta valientes, haces falta TÚ.
Ya lo sabes Tú, mi vida no es genial, sobran cien problemas,
le falta libertad, mi miedo es ser como Tú, tan distinto...
Pienso resolver, hoy quiero yo vencer...
A mi pobre corazón le faltas Tú.
Tómame, aquí estoy, sin ti no sé a donde voy. ¡Oye Cristo!, sálvame.
Dame valor en la lucha, y esta canción la haga vida en mí.
Toma mi ser que es vasija, la dono a ti, no soy dueño de mí.
A donde quiera que vayas, te seguiré.
Lc 9, 57