Mírate dentro: ¿cómo estás?, mírate cerca del cristal, te cambió, oh, sí, me cambió, oh, oh, sí, sí, sí, nos cambió. Descubres que aún te queda el mal, prometes que no lo harás. Tú, Cristo, cambiaste mi pensar, y yo sin ti, no pienso y vuelo lejos de la verdad,
y yo sin ti, me quedo como un viejo que de vuelta está. Ahora descubro que conversión es un trasplante de corazón, no cobras nada, que no cobras nada tú, Señor, no cobras nada, que tú lo das gratis en la oración.