Este es el cuento del viejo
que un día puso el cielo a sus pies,
y cambió miedo por dinero,
quiso cortar y borrar,
las palabras queno dijo él,
no ladres perro infiel,
traga mi reino de ley, de unidad,
tus raices bajo mi voluntad
y placer no veran amanecer
se escuchó:
¿acaso no es lo normal
defender mi historia con dignidad?
voces, pena, jueces, mierda,
para dividir, para confundir,
para enriquecer, para empobrecer.
No más dolor, no más dolor,
no más dolor, no más.
Se marchó,
su herencia no murió,
aún quedan muchos hoy,
que rien la incomprensión,
cerebros hechos ayer,
sin saber porque gritan
ni siquiera el que
será que tienen al viejo en un cajón.
¡que cabrón! después de un siglo sin él,
tiene voz en los noventa también.
Gente, legnua, vida, tierra,
para marginar, para prejuzgar,
para conocer, para respetar.
No más dolor, no más dolor,
no más dolor, no más.
Iros despidiendo, estais en nuestro tiempo,
no compramos hombres y menos por cojones
no nos mueve la violencia, nos sobra inteligencia,
nos hablamos a la cara, la mano dura terminó.