Creer en Dios, ese fue nuestro único pecado, y admitir que sólo él lograría salvarnos. Creer en la religión hizo nuestro su engaño de protegernos de los miedos que ella misma habría creado. La religión es muerte, muerte de los instintos, muerte del pensamiento, la razón y los sentidos. Ha convertido el miedo a lo desconocido en su mejor aliado, en su campo de cultivo. Nos ha vendido un cielo, la idea de un paraíso, a golpes de oración, de espada, dógma y sacrifício. Es el peor enemigo de la libertad del hombre, es su peor epidemia, es su peste, es su bestia. Ha sido y aún es, una herramienta al servicio del poder. (x2) Creer en Dios, ese fue nuestro único pecado, y admitir que sólo él lograría salvarnos. Creer en la religión hizo nuestro su engaño de protegernos de los miedos que ella misma habría creado.
Nos ha manipulado en su propio beneficio, nuestra resignación les dio y les da aliento y sentido. Ha pretendido siempre tenernos instalados en la superstición, la duda y el determinismo. Nos hizo un mar de dudas, nos hizo temerosos con la intención de hundirnos en su propio oscurantismo. Adoctrinando en base al embuste y al engaño ha forjado un imperio de incalculable riqueza. Ha sido y aún es, una herramienta al servicio del poder. (x2) Su peste, su bestia. (x2) Creer en Dios, ese fue nuestro único pecado, y admitir que sólo él lograría salvarnos. Creer en la religión hizo nuestro su engaño de protegernos de los miedos que ella misma había creado. En el mercado de almas nuestras vidas no valen nada. (x4) Hágase en la Tierra, como en el cielo.