Yo habito el interior
Del espejo donde detendrá su tiempo todo aquel
Que se componga y que pose, para él
Inmerso en mi labor
Limpio el otro lado
Y este mi paño mejor
Que brillos logra hacer
Desde un pálido oro viejo
Hasta un látigo de sol
Desde un opaco discreto
Al nublado ulterior
Para jugar a mi antojo
Cual abeja en el jardín
De la luna de mi espejo sin fin
Guardo en el cuarto encantado
Mi ventana principal
Un mundo que nadie viene a tocar
País de las ilusiones, del ensueño y el quizás
Reinos que ya no se anhelan nombrar
Sé las sustancias con que se hacen
Los sueños que siempre serán
Y sé las palabras con que despertarás
Sé volver sobre los pasos
En pos de lo que se fue
O volar allá donde yo nunca veré
Luna de mis noches tristes
Luna de mi vanidad
Luna de mi vida, de íntima claridad
Artilugio del acaso, espejo de mi corazón
Me enseñaste a ver desde tu prisión
Yo habito el interior
Del espejo donde detendrá su tiempo todo aquel
Que se componga y que pose, para él
Yo sé de mi labor
La de jugar en el tiempo
Y mi paño mejor que brillos sabe hacer