En las noches del viejo barrio, se escuchan gritos, fuera de horario alguien dice que son del diablo porque peligran sus honorarios. Son los gritos de la miseria, frustraciones y maldiciones. En las noches del viejo barrio se amasa el pan revolucionario se mastica, en las hogueras entre charlas, sin banderas. Y por la mañana siempre un cobarde apaga la hoguera el, contra nada, en las cenizas pondrá su bandera, pondrá fronteras, pondrá barreras.
Dando la espalda a la miseria orgulloso de su trabajo vigilando que todo sea igual. Hace tiempo que no entiendo hace tiempo que no escucho. No, tampoco puedo llorar. Agoniza la justicia entre el hambre y la codicia. No! yo solo quiero gritar. Quiero gritar de madrugada un primer grito por la mañana y que no duerman las maldiciones echando leña a los corazones embriagados de luz del día en las calles, hoy nada será igual.