Tan lejos los recuerdos de días felices y extraños.
Mis viejas fotos mienten, tu pelo es más liso y claro.
Un ángel sobrevuela la tela invisible de araña,
que el tiempo puso en ellas y no logro recordar:
¿por qué esas flores raras crecen en las aceras para ti?
Volveré a cogerlas, ¿sabes?
No me acostumbro a estar sin ti.
Otra vez jugaremos a guerra en la selva,
gritando como niños, aullando en la fría niebla.
No logro acostumbrarme aún a ser adulto.
Sonríes en mis manos y no recuerdo:
¿por qué esas flores raras crecen en las aceras para ti?
Volveré a cogerlas, ¿sabes?
No me acostumbro a estar sin ti.
Volveré a esperar la noche, de pie en el oscuro rellano,
que vuelvas despeinada de los bares cerrados.
Tan lejos los recuerdos, lejos de ti en la calle,
busco en mis viejas fotos y no he logrado recordar:
¿por qué esas flores raras crecen en las aceras para ti?
Volveré a cogerlas, ¿sabes?
No me acostumbro a estar sin ti.
No, no me acostumbro;
antes del invierno estaré ahí.
Hay serios problemas, ¿sabes?
No me acostumbro a estar sin ti.
¿por qué esas flores raras crecen en las aceras para ti?
Volveré a cogerlas, ¿sabes?
No me acostumbro a estar sin ti.
Otra vez jugaremos a guerra en la selva.