Soy la morocha del barrio,
tengo ocho años recién,
y aunque tenga pitito
todos me llaman Mabel
No, no soy un niño corriente
el mundo me ha hecho así
del borracho al vigilante
todos suspiran por mí
Y he pasado horas muy amables
con el senador
con el sacerdote evangelista
con el coronel de la aviación
Sos la morocha del barrio
y suspiramos por tí
y aunque tengas pitito
todos te amamos así
Soy la muñeca pecosa
la del acento francés
la que conoce su oficio
la del más alto cachet
Soy la vedette de la cuadra
la de los labios carmín
la de la boca más tibia
de los placeres sin fin
Y he pasado horas muy amables
con el senador
con el sacerdote evangelista
con el coronel de la aviación
Sos la muñeca pecosa
la de mis noches de hotel
y aunque seas sólo un niño
siempre serás la Mabel
Si tu quisieras buscarme
pregunta aquí en el hotel
por la muñeca francesa
o simplemente Mabel
por la muñeca francesa
o simplemente Mabel
¡Mabel!
¿Mabel?, oui, c'est moi
Che, Francisco, decile a la Mabel que estamos muy contentos que se haya ganado su garbancito, que la barra agradecida, sentí la barra
¡Muy bien!